miércoles, 16 de febrero de 2011

Guardar como X


Jane estaba sentada en la cama y con sus brazos desnudos rodeaba sus piernas, también desnudas. No pudo evitar que se le escapara una sonrisa cuando recordó la primera vez que había dormido en aquella habitación. La cama estaba justo en frente de la ventana, y la luz de la luna le daba de lleno en los ojos. Después de horas de dar vueltas, resolvió correr la cama hacia un costado para mantenerla en la confortable oscuridad. Pero ahora era distinto. Ahora podía dormir. Y sonreír. Y ahora más que nunca quería ver el sol.
Ese día se había despertado con un entusiasmo insólito. Había algo en el aire. No sabía si era el preludio de la primavera o el buen humor que Syd había tenido los últimos días. A lo mejor era una mezcla de los dos, pero a Jane no le importaba, le bastaba sentirse bien. Esa mañana se había levantado temprano y había desayunado unos mates mientras lograba despertarse. Le sorprendió ver a Syd salir de su habitación fresco como una lechuga y pedirle un mate. Ella le pasó uno bien dulce, como a él le gustaban, y lo miró disimuladamente mientras él merodeaba por la cocina, observando las paredes y los zócalos.
- Me parece que esta habitación necesita más luz. Podríamos reemplazar el celeste de las paredes por un amarillo o un color crema, ¿vos qué decís? - preguntó Syd.
- Mmm, puede ser, me tiro más por un crema que por un amarillo.- respondió Jane sebándole otro mate. Estaba siendo cautelosa. Syd solía tener momentos en los que se le ocurrían millares de ideas que a los cinco minutos olvidaba, y en muchos de esos casos, Jane había tenido que pagar los platos rotos.
- Yo puedo pintarlas- dijo él.
- Bueno- respondió ella mientras se sebaba un mate. Syd la miraba fijo mientras ella tomaba.- ¿qué pasa?- preguntó Jane.
- Que, bueno…- empezó a titubear- ya sabés que… a mi no me gusta… ya sabés… yo no… yo no… salgo… afuera…
Jane se le quedó mirando. Estaba tratando de ver sus verdaderas intenciones. Era la primera vez que Syd le confesaba su fobia a la cara, completando toda la frase sin marcharse y cerrar la puerta de su habitación con un portazo. Sus ojos reflejaban sincero entusiasmo y su expresión era la de una persona que pide un favor de corazón. Jane se apuró a responder, nunca había visto esa actitud en Syd y no quería ser ella la que lo desanimara:
- Bueno, no hay problema, voy a la pinturería y traigo la paleta con los colores así elegís el que querés, ¿te parece?
- Si, así elegimos el que más nos guste- dijo él. Ella lo miró atónita- digo, hace un buen rato que estás viviendo acá, vos pagás tu parte del alquiler y hacés cosas para que el departamento se mantenga bien, es tu derecho opinar sobre las cuestiones del lugar en donde vivís- respondió.
Jane no dijo nada, sólo asintió y sus ojos brillaron más que su sonrisa.


foto by Edward Hopper

2 comentarios:

  1. muy buena paleta de colores, subimos,bajamos,subimos,bajamos


    me gustó la mezcla de nombres gringos con el mate.

    buen relato, extraño, onda carver.

    beso*

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