el frío de la desolación
el miedo al sufrimiento
los temblores de la histeria y
las sonrisas de la soledad.
Si a cada paso te decía, a cada paso, acaso, no te decía,
¿venís?
Te llamé en cada una de mis noches, todas las tardes y las madrugadas,
te invitaba por horas a soñar con un futuro borroso y un pasado ideal.
Te llamé en cada una de mis noches, todas las tardes y las madrugadas,
te invitaba por horas a soñar con un futuro borroso y un pasado ideal.
Los errores no existían
(no, no existían)
sin un final feliz llenos de perdón y alegría.
Los abrazos lo eran todo, todo
eramos,
todo.
viernes 7 de mayo 2010
foto: "Ficción" by CeLeS
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